La combinación de las condiciones que imponen un elevado endeudamiento externo, el impacto negativo de los eventos climáticos extremos, y el estrés sobre el stock de recursos naturales y la biodiversidad, configura un círculo vicioso del cual muchos países en desarrollo y emergentes no pueden escapar fácilmente
por Martín Pereyra (*)
El Panel de Expertos sobre Deuda, Naturaleza y Clima (ERDNC) es una iniciativa conjunta de cuatro países (Alemania, Colombia, Francia y Kenia). Su objetivo es realizar recomendaciones a países deudores, a países acreedores, y al sistema financiero internacional en su conjunto para que los países que enfrentan la triple crisis logren gerenciar su deuda de manera sostenible, tanto en términos fiscales, como en términos de protección de su acervo de naturaleza y biodiversidad.
En Octubre de 2024 se publicó el Reporte Intermedio del ERDNC (IR), en el cual se realizó un análisis detallado de las condiciones peculiares que enfrentan muchos países en desarrollo y emergentes respecto de su deuda soberana, sus capacidades de enfrentar eventos climáticos extremos debidos al cambio climático y la presión que sobre sus recursos naturales impone el sistema productivo actual.
En esta entrada se presentan algunos de los aspectos vinculados a la triple crisis a la que refiere el IR, intentando mostrar cómo estos aspectos se articulan para conformar un círculo vicioso para los países que los enfrentan. También se presenta la hoja de ruta del ERDNC, cuyo objetivo es contribuir a una reforma del sistema financiero internacional que contemple esta situación.
La deuda soberana
La Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) estima que la deuda pública global alcanzó unos U$S 97 billones[1] en 2023, lo que representa casi el doble del stock de 2010. Para los países en desarrollo se estima en unos U$S 29 billones, pero el stock de esta parte del total se ha venido incrementando al doble de velocidad que el total.
En el mismo sentido, el Banco Mundial (BM) concluye que la deuda de los países de bajos ingresos se incrementó 109% entre 2012 y 2022, al tiempo que su Ingreso Nacional Bruto (YNB, una medida de su riqueza) se incrementó en 33%. En el mismo período, los países de ingreso medio crecieron 51%, y su deuda se incrementó un 58%. Incluso dentro de los países en desarrollo se esconde una gran heterogeneidad: los países más pobres del mundo (en general en el África subsahariana) han visto un aumento en el indicador de porcentaje de deuda sobre el PIB en 2023, mientras que ese indicador cayó para todos los países en desarrollo en el mismo año.
Considerando a los países con mayores restricciones de acceso a los mercados internacionales,[2] se observa que su stock de deuda prácticamente se duplicó y los intereses de esa deuda se multiplicaron por cuatro entre 2012 y 2022. Un resultado de esta situación es que la proporción de estos países en cesación de pagos o con alto riesgo de cesación de pagos pasó de 31% en 2011 a 56% en 2022 (ERDNC, 2024).
El clima
Lamentablemente, el hecho de que los efectos negativos de esta triple crisis sean sufridos de manera desproporcionada por los más desfavorecidos también se aplica a los eventos climáticos severos generados por el calentamiento global.
El Panel Intergubernamental en Cambio Climático (IPCC) calcula que entre 3,3 y 3,6 mil millones de personas viven actualmente en contextos altamente vulnerables a los efectos del cambio climático. El conjunto de esta población corre riesgos de sufrir inseguridad alimentaria y de acceso al agua potable. El IPCC estima adicionalmente que entre 2010 y 2020 la mortalidad de seres humanos debido a sequías, inundaciones, y tormentas ha sido 15 veces mayor en estas regiones, comparadas con las regiones de muy baja vulnerabilidad (IPCC, 2023).
La naturaleza
La Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) considera que desde 2005 se han multiplicado las amenazas contra la biodiversidad. Este panel concluye que el uso sostenible de los recursos naturales y servicios ecosistémicos será crucial para la adaptación y la mitigación de los efectos negativos del cambio climático generado por el ser humano, además de ser clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Sin embargo, la IPBES estima que los países en desarrollo, generalmente ricos en recursos naturales, han sufrido la mayor degradación de la tierra y han sido escenario de múltiples conflictos, forzando la migración de millones de personas. En particular, en 2019 el IPBES reportó más de 2.500 conflictos derivados del uso de combustibles fósiles, el agua, la tierra, y los alimentos. Adicionalmente, la erosión del suelo fue responsable de caídas en la productividad agrícola en el 29% de la superficie mundial destinada al cultivo, con entre U$S 235 y U$S 577 mil millones en producción global anual de granos en riesgo debido a la falta de polinización (IPBES, 2019).
Un círculo vicioso
Las tres crisis se retroalimentan en varios países, configurando un escenario muy difícil de enfrentar. En ocasiones se debe incrementar el gasto del gobierno para afrontar la necesaria reconstrucción luego de un evento climático adverso. Pero este incremento en el gasto hace que empeoren las perspectivas de estos países de poder afrontar su deuda soberana, enfatizando aún más la crisis de la deuda. Se estima que la severidad y frecuencia de los eventos climáticos generados por el calentamiento global aumentará en los próximos años, lo que señala la importancia de este canal de propagación (ERDNC, 2024. Ver Figura 7, p. 24).
Por otro lado, países que tienen problemas de sostenibilidad de su deuda soberana enfrentan dificultades adicionales para invertir en aspectos claves de la economía, como en educación o en salud (ERDNC, 2024). De la misma manera, no disponen de los recursos necesarios para invertir en medidas de adaptación al cambio climático (i.e., para evitar o minimizar el canal de propagación mencionado anteriormente), o para la transición hacia un modelo de producción que minimice el impacto negativo en el acervo de recursos naturales. En este sentido, la crisis de la deuda los deja al mismo tiempo peor preparados para enfrentar desastres naturales creados por el cambio climático, y les impide abandonar el modelo productivo actual, el cual se encuentra desalineado con los objetivos de mitigación del calentamiento global (a través de la deforestación, la erosión de la tierra, la pérdida de biodiversidad, etc.) (ERDNC, 2024).
¿El futuro?
El Reporte Intermedio del ERDNC se construyó en base a una extensa consulta con actores relevantes del sistema financiero internacional, desde organismos multilaterales de crédito, hasta agencias calificadoras de riesgo, incluyendo los ministerios de hacienda (o finanzas) de muchos países. Como resultado, se propusieron algunas recomendaciones para el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que esta situación sea contemplada en el análisis que estas instituciones hacen de la sostenibilidad de la deuda soberana de los países (ERDNC, 2024). Este Reporte fue presentado en las reuniones anuales del BM y el FMI en octubre de este año, logrando amplia difusión en los medios.
Actualmente el ERDNC se encuentra en una etapa de extensión de las consultas, para presentar en abril de 2025 un reporte final con una base más amplia de destinatarios: países deudores y acreedores, organizaciones multilaterales de crédito, instituciones financieras privadas, agencias calificadoras de riesgo, y otros actores relevantes del sistema financiero internacional (ERDNC, 2024). Se pretende con este informe final generar un cambio en el sistema financiero internacional que tenga en consideración la situación de los países que enfrentan la triple crisis, incluyendo instrumentos financieros novedosos, sugerencias de condonación de deuda y que las condiciones de los futuros préstamos colaboren a romper el círculo vicioso, más que a reforzarlo (ERDNC, 2024).
[1] Cada billón equivale a un millón de millones, o 1.000.000.000.000 dólares.
[2] Aproximadamente unos 75 países que son elegibles para préstamos de la Asociación Internacional de Fomento, debido a sus bajos ingresos o porque no cumplen los requisitos para pedir prestado a otras instituciones.
Referencias
Banco Mundial (2023). International Debt Report 2023. Washington, DC: World Bank. doi:10.1596/978-1-4648-2032-8. License: Creative Commons Attribution CC BY 3.0 IGO.
ERDNC (2024) Tackling the Vicious Circle. The Interim Report of the Expert Review on Debt, Nature & Climate. ERDNC, Disponible aquí: https://debtnatureclimate.org/reports/
IPBES (2019). Summary for policymakers of the global assessment report on biodiversity and ecosystem services of the Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services. S. Díaz, J. Settele, E. S. Brondízio E.S., H. T. Ngo, M. Guèze, J. Agard, A. Arneth, P. Balvanera, K. A. Brauman, S. H. M. Butchart, K. M. A. Chan, L. A. Garibaldi, K. Ichii, J. Liu, S. M. Subramanian, G. F. Midgley, P. Miloslavich, Z. Molnár, D. Obura, A. Pfaff, S. Polasky, A. Purvis, J. Razzaque, B. Reyers, R. Roy Chowdhury, Y. J. Shin, I. J. Visseren-Hamakers, K. J. Willis, and C. N. Zayas (eds.). IPBES secretariat, Bonn, Germany. 56 pages.
IPCC (2023) Summary for Policymakers. In: Climate Change 2023: Synthesis Report. Contribution of Working Groups I, II and III to the Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change [Core Writing Team, H. Lee and J. Romero (eds.)]. IPCC, Geneva, Switzerland, pp. 1-34, doi: 10.59327/IPCC/AR6-9789291691647.001
UNCTAD (2024). A World of Debt: A Growing Burden to Global Prosperity. Preparado por el Grupo de Respuesta a la Crisis Global de las Naciones Unidas (UN GCRG) y el Equipo Técnico de la UNCTAD, liderado por Rebeca Grynspan y coordinado por Carlos Razo.
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(*) Investigador de CINVE. Profesor de la Universidad ORT Uruguay. Doctor en Economía por la University of Missouri-Columbia. ([email protected])
Entrada escrita para el Blog SUMA de CINVE www.suma.org.uy. Se agradecen los comentarios de Francisco Rosas y Silvia Rodríguez.