Los Costos Económicos del Consumo Abusivo de Alcohol en Uruguay*
Bibiana Lanzillota**
La sociedad uruguaya ha reflexionado largamente acerca de las consecuencias sociales y económicas del consumo del tabaco. Sin embargo, poco o nada ha discutido sobre los costos vinculados a la droga más consumida en Uruguay: el alcohol.
Una estimación reciente, realizada por CINVE para el año 2015 (a iniciativa de Junta Nacional de Drogas, Ministerio de Salud Pública y Organización Panamericana de la Salud) muestra que si bien la carga económica que el consumo problemático de alcohol impone a la sociedad uruguaya es importante no está entre las más elevadas a nivel internacional.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de alcohol en Uruguay es superior al promedio mundial y alcanza a 7,6 litros de alcohol puro per cápita en personas de 15 años o más. Además, su prevalencia va en aumento: el porcentaje de personas que declara haber consumido alguna vez pasó del 82,8% en 2001 al 90,6% en 2014 (VI Encuesta Nacional en Hogares sobre Consumo de Drogas).
Ahora bien, el consumo habitual no significa consumo problemático o abusivo de alcohol. Una persona que consume habitualmente, pero en forma moderada, no está necesariamente expuesta a consecuencias negativas. Entonces, ¿qué es el consumo abusivo de alcohol?
Uruguay mide esta condición a través de la frecuencia de ingestas habituales y de las puntuales (en los últimos 30 días) sobre el nivel de intoxicación del indicador de trastornos bio-psicosociales (escala AUDIT) y. La última encuesta sobre uso de drogas (recabada en 2014) señala que el 14,3% de los consumidores de alcohol ha experimentado episodios puntuales o habituales de intoxicación, y el 6,5%, trastornos bio-psicosociales. O sea, uno de cada cinco consumidores de alcohol lo era en condición de riesgo, problemática o de dependencia. Ello equivale a aproximadamente 261.000 uruguayos.
Los daños y los costos
Los problemas relacionados al consumo abusivo de alcohol atañen tanto a la salud personal (la OMS estimó en aproximadamente 3,3 millones las muertes por esta causa), como al bienestar individual y colectivo. Sus efectos adversos redundan en accidentes de tránsito, conductas agresivas, problemas familiares y en reducción de la productividad laboral. Estos daños sociales y sanitarios son los que busca cuantificar los estudios que estiman los costos del consumo abusivo de alcohol.
Los países pioneros en estos análisis son mayormente desarrollados. No sólo porque cuentan con datos detallados y recursos para la investigación, sino porque también presentan mayor prevalencia en el consumo de alcohol (asociado a su mayor ingreso).
Las estimaciones internacionales (ver detalles metodológicos en Single et al., 2003), estrictamente poco comparables por la diversidad de metodologías y enfoques, fluctúan entre el 5% y el 0% del PBI de cada país (Devlin et al., 1997, DEVIDA, 2011). Los meta-análisis, es decir trabajos que resumen la evidencia de muchos trabajos, señalan que la mayoría de los costos se explican por la morbilidad o mortalidad asociada al consumo y que los costos intangibles, más difíciles de cuantificar, suelen ser omitidos.
En Latinoamérica, las estimaciones disponibles para Argentina, Chile, Perú, Ecuador y Costa Rica, varían entre 1,8% (Argentina, 2008) y 0,11% del PBI (Perú, 2010). Los costos son superiores a los causados por cualquier otra sustancia psicoactiva, incluyendo al tabaco y las drogas ilegales.
En Uruguay
Según CINVE, el consumo problemático de alcohol impone costos anuales a la sociedad uruguaya de al menos medio punto porcentual del PIB. Éstos costos, por tanto, superan los 250 millones de dólares (de 2015) lo que representa una carga de aproximadamente 100 dólares anuales por cada ciudadano uruguayo mayor de 15 años, y ubica a Uruguay por sobre las estimaciones de Perú y Ecuador y debajo de las de Argentina, Chile o Costa Rica.
No obstante, esta cifra debe ser considerada como una estimación “de mínima”, dados los importantes vacíos de información que impidieron la cuantificación de un buen número de los componentes de costos que sí son considerados en estimaciones correspondientes a otros países. Con información completa los costos sobre la sociedad serían previsiblemente superiores.
El mayor peso corresponde a los costos indirectos asociados a las muertes prematuras (0,34% del PIB). También tienen importancia los costos indirectos vinculados al ausentismo laboral, a los retiros tempranos de la actividad laboral (pensiones temporarias o permanentes), a los efectos en la productividad de los nacidos con síndrome de alcohol fetal y de los encarcelados por delitos cometidos bajo influencia del alcohol (en conjunto alcanzan a 0,06%). Los costos médicos de tratamiento de las enfermedades, predominan entre los categorizados como directos (0,045%). Los asociados a la destrucción de activos (principalmente por accidentes de tránsito), explican cerca de la cuarta parte de este grupo (0,024%).
Uruguay tiene larga tradición en imposición de tributos a los consumos nocivos para la salud. Un instrumento impositivo utilizado a esos efectos, el IMESI, curiosamente no alcanza a todas las bebidas alcohólicas y su estructura no parece responder al contenido alcohólico de las mismas. En este sentido, esta estimación suma nueva información a la hora del repensar las medidas impositivas que apunten a desestimular su consumo.
Esta primera aproximación a los costos económicos del consumo abusivo de alcohol representa apenas un paso en la generación de información suficiente para orientar la programación y el diseño de la protección social y médica en Uruguay. El disponer de estimaciones más completas y abarcativas de los diferentes costos económicos atribuibles este consumo resulta fundamental para el análisis costo-beneficio de las políticas aplicadas y para diseñar programas destinados a reducir los daños asociados al consumo abusivo.
Por último, es importante subrayar que este estudio reveló la existencia de grandes vacíos de información. Para que este tipo de análisis se generalice y aporte información valiosa para el diseño de las políticas públicas es imprescindible generar, desde el ámbito público y privado, nueva y mejor información, más precisa, más confiable y que amplíe la base de conocimiento sobre los costos, ya no solo de ésta, sino de todas las enfermedades en nuestro país.
* Entrada escrita para el Blog SUMA de CINVE. WEB: suma.org.uy, Twitter: @BlogSUMAuy.
** Investigadora de Cinve y Profesora de la FCEA, UdelaR. Doctora en Economía por la UdelaR (correo: [email protected])